
El 5 de noviembre de 1998, «El Correo» publica un reportaje acerca de las drogas, y en el mismo incluye las declaraciones de un policía al que presentan así:
«…un agente especializado en el tráfico de sustancias estupefacientes».
Y lo más grave es que hace las declaraciones sin ninguna discreción. Al final lo detendrá algún agente especializado en la represión del tráfico de sustancias estupefacientes.