El gobierno asegura que no tienen dinero, pero según «Periodista Digital», se pueden permitir el lujo de no sólo pagar a sus militantes, sino también a sus animales domésticos. Así lo leemos el 30 de julio de 2013, en un artículo sobre Josu Ternera:
«Nada hacía sospechar que ETA le entregaba periódicamente el dinero necesario para los gatos familiares, entre ellos el alquiler de la casa».
Se ve que, por motivos de seguridad, los gatos no viven con su dueño, sino que tienen su propia casa.