Fabricar un tren para unir dos puntos separados por una distancia de unos treinta metros es algo que parece tener muy poco sentido. De hecho, si el tren tiene tres vagones de unos 10 metros, debería estar quieto. Es decir, que los pasajeros entrarían por una punta y saldrían por la otra. Pues eso es lo que han hecho en Ortuella, según explica «Adi!» el 8 de octubre de 2010:
«Dentro de un mes acabarán las obras de reparación de la pasarela peatonal sobre las vías del tren que comunica la plaza de la Sagrada Familia con el barrio de Golifar».
Efectivamente, la distancia entre ambos puntos es de unos 30 metros. ¡Hay que ser vago para coger este tren!