
La revista «Personal Computer & Internet», en su número de julio de 2006 informa de un proyecto sin ánimo de lucro para convertir en audiolibros los clásicos de la literatura. La información dice así:
«Actualmente, más de doscientos lectores voluntarios están grabando libros de todo tipo. Obviamente, no tienen la profesionalidad, la vocalización ni el tono de voz de un actor, pero el esfuerzo es digno de alabar y el colectivo de sordos sin duda se lo agradecerá».
No quiero quitar mérito a esta encomiable labor, pero supongo que al colectivo de sordos le trae sin cuidado si los audiolibros los graban voluntarios sin experiencia o los mejores actores del momento. De todas formas, me permito sugerir, para evitar discriminaciones, la creación de otro cuerpo de voluntarios destinado a poner subtítulos para ciegos en las películas.
(Cazado por Bloodymerry)